12 Entonces Josué habló a YHWH el día en que YHWH entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol, detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón. 13 Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero
(Josué 10:12-13, Versión Reina-Valera 1960)
En su afán de ridiculizar a las Sagradas Escrituras, muchos científicos e historiadores de corta vista causaron polémica en tiempos pasados al no entender el contexto de este pasaje bíblico, ya que argumentaron que:
- Por un lado, el sol no pudo haberse detenido pues no es éste el que gira sobre el planeta Tierra sino que es la Tierra la que hace el movimiento de traslación sobre el sol.
- Y tampoco pudo haberse detenido la Tierra pues de haberlo hecho, todo hubiese quedado destruido por efecto de la velocidad.
- Como el autor del libro de Josué cita el Libro del Justo o El libro de Jaser conocido también como el Libro de las Guerras del Señor (Números 21:14), es un libro poético en el cual se describen las hazañas de los héroes de Israel (cap. 2 Samuel 1:18) y por ende se utilizaron metáforas e ilustraciones propias de los poetas para declarar que “el día se prolongó”, no de una manera técnica ni científica ni histórica. Y declaran que el poeta utilizó un lenguaje a su alcance y propio de su época, ya que éste no era ni científico ni un historiador.
- Talvez el poeta no ordenaba al sol que se detuviera como tal, sino que detuviera su luz (mediante nubes de la tempestad que obscurecieran el cielo todo el día) facilitando con esto su golpe imprevisto.
Sin embargo, nosotros como cristianos sabemos con base en las Sagradas Escrituras que el sol y la luna giran realmente alrededor de la Tierra, por ende podemos concluir que el sol sí se detuvo sobre Gabaón.