(Tanakh): חַיָּה (Ḥayyāh) (Septuaginta): ζῷον (zōon) (Vulgata Latina): animal
Según la tradición judía, se cree que los animales tienen un alma, llamada nefesh ha bahamis (Alma Animal), que es el alma que da vida al cuerpo físico y es la fuente de los deseos animalísticos, así como de las características judías innatas como la bondad y la compasión. Aunque su deseo inicial es buscar placeres mundanos y físicos, puede ser entrenado para desear placeres espirituales en su lugar a través de la guía del alma divina.
Los animales y los vegetales no se consideran tener los mismos niveles de alma que los humanos en el judaísmo. En cambio, se cree que los animales y los vegetales tienen un nivel de alma más básico que está relacionado principalmente con su existencia y función en el mundo natural.
Hebreo |
Griego |
Latín |
נֶפֶשׁ הַבְּהֵמִיָּה Nep̲eš
habbəhēmiyyāh |
Ψυχὴ τοῦ ζωικοῦ Psȳchḗ toû zōikoû |
Anima Animalis |
נֶפֶשׁ הָאֱלוֹהִית Nep̲eš
hāʾĕlôhît̲ |
Ψυχὴ τοῦ θεϊκοῦ Psȳchḗ toû theïkoû |
Anima Divina |
Hebreo: חַיָּה נֶפֶשׁ (nep̲eš ḥayyāh)
Griego (Septuaginta): ψυχὴ ζῶσα (psychḗ zōsa)
Latín Eclesiástico (Vulgata Latina): anima vivens
Y la subdivisión de nefesh es:
Hebreo |
Griego |
Latín |
נֶפֶשׁ הַבְּהֵמִיָּה Nep̲eš
habbəhēmiyyāh |
Ψυχὴ τοῦ ζωικοῦ Psȳchḗ toû zōikoû |
Anima Animalis |
נֶפֶשׁ הָאֱלוֹהִית Nep̲eš
hāʾĕlôhît̲ |
Ψυχὴ τοῦ θεϊκοῦ Psȳchḗ toû theïkoû |
Anima Divina |
Humano: Nefesh (Nefesh HaBehamis: Instintos básicos (deseos y necesidades básicas, como el hambre y el sueño, etc...), emociones mundanas (deseos terrenales, como el deseo de placer y comodidad) y ego (sentido del yo centrado en el ego y la búsqueda de satisfacción personal). y Nefesh HaElokis), Ruah, Neshamah, Chayah, Yechidah.
Animales: Nefesh HaBehamis (Instintos básicos, deseos y necesidades como el hambre y el sueño, deseo de placer y comodidad, búsqueda de satisfacción individual o de sus afines)
Vegetales: < (Vulgata Latina): herba viridis < (Septuaginta): χλόη (chlóē) < (Tanakh): דֶּשֶׁא (Deše): Las plantas se consideran un tipo diferente de creación y no se les atribuye una dimensión de alma en la misma manera en que se les atribuye a los seres humanos y animales.