¿Qué son los fantasmas o apariciones?, ¿Son presencias reales o son solo producto de nuestra imaginación?
Etimológicamente hablando, la palabra "fantasma" proviene del latín "phantasma", a su vez derivada del griego "phántasma", que significa "aparición", "imagen" o "visión". En su origen griego, se refería a una imagen o visión irreal, especialmente a aquellas percepciones que se consideraban ilusorias o engañosas. Con el tiempo, el término evolucionó para abarcar la noción de espíritus o entidades sobrenaturales, como lo entendemos en la actualidad. En hebreo, la palabra que se utiliza es "דֵּיָה" (pronunciada "deyah"), que podría ser traducida como "fantasma" o "espíritu".
En el lenguaje cotidiano y en relatos sobre experiencias paranormales, las palabras "espíritu", "fantasma", "aparición" y "espectro" a menudo se utilizan de manera intercambiable, incluso si técnicamente pueden tener connotaciones ligeramente diferentes. En muchas culturas y creencias populares, estas distinciones no se mantienen con precisión, y la gente tiende a usar el término que mejor se ajusta a sus experiencias o creencias personales.
Cuando alguien informa haber visto la silueta de una persona fallecida y se refiere a ello como "el espíritu de alguien", es posible que estén usando la palabra de manera general para describir una presencia más allá de lo físico. En ese caso, podría ser un fantasma, una aparición o incluso considerarse un espectro en el sentido de una forma no física que se manifiesta de alguna manera.
En la práctica, la terminología puede ser subjetiva y depende en gran medida de las creencias y la cultura de la persona que comparte la experiencia. En muchos relatos, la precisión técnica de estos términos puede no ser tan importante como la expresión de la experiencia en sí misma.
Hablar de fantasmas abarca diferentes perspectivas:
Desde el punto de vista científico, la existencia de fantasmas no tiene evidencia sólida que lo respalde. La ciencia se basa en evidencia observable y verificable, y hasta ahora no hay pruebas científicas concluyentes que confirmen la existencia de seres fantasmales. Muchas experiencias atribuidas a fantasmas pueden explicarse mediante fenómenos naturales, ilusiones, sugestión o sesgos cognitivos.
Algunos argumentan que fenómenos paranormales podrían tener explicaciones naturales aún no comprendidas por la ciencia. Sin embargo, la ausencia de evidencia concluyente lleva a la comunidad científica a no respaldar la existencia de fantasmas como entidades reales.
Desde una perspectiva cristiana, las creencias sobre los fantasmas varían entre denominaciones y creencias individuales. Algunos consideran que los espíritus o manifestaciones sobrenaturales podrían estar vinculados a seres demoníacos o ángeles, mientras que otros pueden interpretar estas experiencias como intervenciones divinas.
En la Biblia, se mencionan varios pasajes que abordan temas de espíritus y manifestaciones sobrenaturales. Por ejemplo, en Lucas 24:37-39, Jesús después de resucitar se presenta a sus discípulos y les dice: "Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo". Este pasaje podría interpretarse en relación a la existencia de espíritus y la diferenciación entre lo espiritual y lo físico.
Sin embargo, en textos como Deuteronomio 18:10-12 se advierte contra prácticas de espiritismo y la consulta a los muertos, considerándolas como abominables delante de Dios. Esto sugiere que, según la interpretación cristiana protestante, buscar la comunicación con los muertos o espíritus podría ser contrario a las enseñanzas bíblicas.
Excepción especial
Muchos dicen que el espíritu de Samuel era autentico por estos motivos:
- La bruja lanzó un fuerte grito de miedo cuando vio el espíritu de Samuel, eso quiere decir que ella no tenía el control de la situación ni se esperaba un espíritu como el que se presentó en esa ocasión. Ella posiblemente estaba habituada a llamar a entes demoníacos de las cuales ella podía dirigir y por eso casi siempre las situaciones eran predecibles para ella.
- La profecía que le dijo el espíritu de Samuel a Saúl se cumplió a cabalidad.
- Saúl vio a Samuel y además, Samuel habló a Saúl, no a la adivina.
- Samuel en verdad vino, pero no porque la adivina lo llamó, sino porque Dios permitió que en esa única ocasión se llevara a cabo un propósito divino: Reprender a Saúl por profana relación con estas cosas malignas, y para pronunciar su perdición, y de esta forma, reconfirmar el juicio venidero contra el rey Saúl de una manera dramática, asimismo, le enseñó a la adivina una poderosa lección sobre el peligro de las prácticas ocultistas.
Imágenes
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- Fantasma, pexels.com / istockphoto.com
- Bruja de Endor por Nikolai Ge , 1857.